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"Lo más gratificante para un prehistoriador es que nuestra investigación tenga aplicación en la sociedad actual"

Miriam Cubas. Licenciada en Historia por la Universidad de Alcalá. Doctora en Prehistoria por la Universidad de Cantabria.

¿Cómo comenzó tu carrera en la arqueología y en Aranzadi?

Desde que empecé a investigar, tuve un gran interés por la arqueología costera, especialmente por cómo se adaptaron los primeros grupos de campesinos en la costa cantábrica y, por tanto, en el País Vasco. Para ello, mientras estaba estudiando la carrera trabajé en varios yacimientos vascos, algunos de ellos excavados por mis compañeros del Departamento de Prehistoria en Aranzadi, como Basagain. Después empecé mi andadura en Lastur (Deba) donde había gran acumulación de yacimientos en cueva y que son bien conocidos por Jesus Tapia. Habíamos encontrado evidencias de algunos restos de cerámica y huesos humanos, pero no eran de los más antiguos del País Vasco, estaban datados hace cinco mil años, un poco más tarde de que se asentaran en el territorio los primeros campesinos.

Después de aquello, trabajé en diferentes lugares, en Cantabria o Asturias, y en distintos países como Portugal, Francia y Reino Unido. En Portugal excavé en Poças de São Bento en un yacimiento de cazadores recolectores mesolítico y en Francia en Les Colombeles con evidencias de los los primeros agricultores. También he colaborado en excavaciones en Argentina o Israel. En Inglaterra básicamente el trabajo que hago es de laboratorio analizando las cerámicas que proceden de yacimientos ya excavados.

La movilidad para todos los investigadores es obligatoria. Debes ir al lugar donde está el yacimiento por lo que viajar pertenece a la arqueología.

Pero volviste a Aranzadi…

Sí. Volví con una Fellows Gipuzkoa en el 2018. Un contrato de atracción de talento de la Diputación de Gipuzkoa, que son contratos que se convocan para atraer investigadores que trabajamos en el extranjero y que se incorporan al Sistema Vasco de Investigación y Ciencia. Aunque desde el 2018 hasta el día de hoy, ¡he dado muchas vueltas!

Elegiste el Neolítico para tu investigación pero, ¿por qué el Neolítico en el País Vasco, cuando en este territorio abundan mucho más los yacimientos del Paleolítico?

Es cierto que chocaba bastante la elección de esa época concreta en el cantábrico, otros colegas míos, arqueólogos de profesión opinaban igual, pero me gustaba mucho el Neolítico. El Neolítico es el periodo de la historia humana en el que apareció y se generalizó la agricultura y el pastoreo de animales (ganado), dando origen a las sociedades agrarias. Y por otro lado, el Cantábrico es un entorno muy costero que está separado por la cordillera cantábrica del resto de la Península. Las condiciones ecológicas son muy concretas de cómo se adopta un tipo de vida que cambia completamente al ser humano. Me gusta el Neolítico justamente en ese contexto en el que había mucha población del Paleolítico, del Mesolítico y, de repente, llega la agricultura. Y cómo irrumpe eso en una sociedad que en el cantábrico está muy bien documentada y bien estructurada.

Y la tecnología más característica de esa época es la cerámica…

Sin duda, además cuando aparece la cerámica lo que hacen los grupos humanos es aprender a hacerla y la convierten en un producto de su vida cotidiana, de hecho, se convierte en una tecnología muy importante. Precisamente por eso, porque te ayuda a cocinar y además tienen que cocinar alimentos nuevos que antes no se cocinaban. Antes todos los alimentos se consumían por desecado como salazón, o directamente sobre la grasa, y ahora se empieza a cocinar. Se cocina la leche, la carne, los cereales. La cerámica ha sido además la excusa para estudiar la época y ese tipo de comunidades.

¿Qué complicaciones encontraste en tu estudio?

No siempre es fácil. Cuando elegí el tema todo era muy bonito, pero yo no soy del País Vasco, no conocía bien el territorio. No conté con la extrema humedad de la tierra. Lo más complicado de un territorio donde llueve tanto es la degradación de los materiales, sobre todo en yacimientos al aire libre, que eran los que me interesaban. Necesitaba encontrar los lugares de asentamiento de esos grupos que habitaban el lugar hace 7.000 – 8.000 años.

De todas formas, ¿encontraste suficiente material para hacer tu trabajo?

Si, por supuesto. Además, el marco geográfico en el que me he movido ha sido muy grande. Desde el golfo de Bizkaia hasta la cuenca del Nalón (Asturias). En la actualidad estoy ampliando, y estudio yacimientos de toda la fachada atlántica europea desde San Vicente al sur de Portugal hasta la zona de Normandía, básicamente toda la costa atlántica. Voy ampliando y ampliando. Son zonas que ecológicamente se parecen y que permiten jugar un poco con esa adaptabilidad al medio marino y esa adaptabilidad a las nuevas generaciones de producción de alimentos.

Aquí en el País Vasco en el yacimiento de San Adrian (Zegama) encontrasteis una cerámica maravillosa…hiciste una presentación para el Gordailua…

Si… es una cerámica de la Edad del Bronce datada en el 2.200 -1.800 A.C. En un contexto doméstico de hábitat en el que los grupos que se asentaron en ese lugar y realizaban su vida cotidiana.

Cerámica encontrada en el yacimiento de San Adrian

Cuando encontráis una cerámica. ¿Qué tipo de estudios realizáis y qué tipo de información revelan esos estudios?

Los estudios que hacemos en cerámica arqueológica nos permiten combinar la arqueología, la geología o la química. Cuando recuperamos un recipiente cerámico, documentado hace unos 7.000 años, y extraemos las biomoléculas de la pasta arcillosa, lo que queda de lo que se cocinó en esos recipientes, y las analizamos mediante técnicas de química orgánica. Es decir, estudiamos los lípidos o las moléculas orgánicas que se conservan en la cerámica arqueológica. De esta manera, sabemos lo que cocinaban.

Para conocer estos datos el tipo de análisis que aplicamos son análisis de química orgánica, cromatografía de gases, espectometría de masas y análisis isotópicos.

¿Cuáles han sido los resultados de todas estas investigaciones y análisis?

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que estas comunidades de hace 7.000 años consumían productos lácteos. Pero la gran sorpresa es que genéticamente estos grupos humanos del Neolítico eran intolerantes a la lactosa. Sin embargo, en las cerámicas que aparecen vinculadas a esos grupos de campesinos aparecen de forma recurrente los productos lácteos. Pero la mutación genética que aparece en los huesos del ser humano, y que le hizo tolerar la lactasa hasta la actualidad, ocurrió más tarde; en concreto ocurrió aproximadamente 2000 años más tarde.

Entonces la pregunta es: ¿Por qué un grupo que es intolerante a un tipo de alimento lo consume de forma recurrente?

Efectivamente. Esa pregunta nos hacemos todos. No sabemos por qué consumieron este recurso. Pero sabemos que se tomaba más este recurso en el norte de Europa que en el sur . Quizá tenga algo que ver con la falta de sol y por lo tanto, la necesidad de vitamina D. La leche es un gran recurso de vitamina D o, quizá esté relacionado con otros factores como la falta de alimentos, aunque, la verdad, es que seguramente se deba a una combinación de todos ellos.

¿Cómo la tomaban?

Probablemente procesaron esa leche para consumirla porque un consumo directo para una persona que es intolerante debe ser horrible. Quizá lo fermentaron en forma de requesón, mantequilla, queso…Ahora intentamos descubrir qué grado de fermentación elaboraban.

Pero lo que está claro es que disponían de un nuevo alimento que es muy graso y muy nutritivo. En un momento en el que tienes estrés alimenticio, contar con alimentos de ese tipo, es muy beneficioso.

Debió ser muy gratificante dar con estos resultados…

Lo más gratificante para un prehistoriador es que tus investigaciones tengan aplicaciones en la sociedad actual.

Un prehistoriador siempre tiene la duda de: ¿sirve lo que hago? Porque a veces dudas de que quizá no tiene sentido más allá de la anécdota de lo que encuentras en un yacimiento. O al menos no tiene una implicación científica que generalmente no trasciende. Pero en este caso sí tiene una aplicación directa a la sociedad actual ahora muchísima gente es intolerante, y esto te permite buscar una vía de cómo esas comunidades que eran intolerantes pasaron a tolerar un tipo de alimento con el paso del tiempo.